Por Joseline Esteffanía Velásquez Morales
Las nuevas reformas al Código Civil abren una puerta de oportunidades a las niñas y adolescentes que durante años se vieron forzadas a contraer matrimonio por causas que atentaban con su desarrollo. Resalto que este avance no fue una decisión unánime, ya que fue aprobado con 93 votos, mientras 21 en contra y hubo 44 diputados ausentes.
El problema, considero, no es el matrimonio, mucho menos prohibirlo será la solución. Y es que de no existir la opción de casarse, solo cambiará el estatus social, pues de matrimonio pasará a ser unión de hecho y será más difícil establecerlo porque no hay un registro que consigne esta información.
El Decreto 08-2017 eliminó la excepción para que se autorice un matrimonio; sin embargo, las prácticas culturales están más arraigadas en la sociedad. Se establece como única edad mínima para contraer matrimonio a los 18 años para ambos sexos.
Hay que atender esta problemática a fondo y uno de los siguientes pasos es socializar el Decreto, que las autoridades lo conozcan y no casen a menores de edad, también se debe ir con las familias para que se concienticen y puedan ofrecer a las niñas y adolescentes oportunidades de vidas saludables.
Una de las claves para que las adolescentes puedan desarrollarse de forma integral es la permanencia en la escuela, en donde se incluya educación integral en sexualidad, lo cual les permitirá crear planes de vida en donde no se vea al matrimonio o los embarazos como una única opción.
Ahora ¿cómo se van a ver las relaciones entre adolescentes? Me preocupa hasta qué punto se le está limitando su derecho a una vida sexual plena; con esto no estoy diciendo o promoviendo a que se tenga sexo, la sexualidad es más que la penetración. Me refiero a que las relaciones pueden ser criminalizadas, el riesgo de embarazos en adolescentes puede aumentar.
Por ello refuerzo, prohibirlo no es el remedio, Guatemala debe pensar integralmente, atender las problemáticas desde raíz. Contribuir a cambiar el imaginario social, por ejemplo, puede abonar a que las niñas se desarrollen en esferas más allá que solo el matrimonio.
La aprobación del Decreto era urgente, ahora se debe avanzar en otras legislaciones que acuerpen estos cambios. Y por qué no, investigar las razones de las/os diputados que se opusieron al Decreto para tener un panorama más amplio de su poca voluntad política.